Los artistas suelen ser personas muy sensibles, lo que les lleva a tener un gran contacto consigo mismos: con su ideación y sus emociones. Esto hace que su día a día pueda depender mucho de su estado interno. Por eso, es muy importante que aprenda a poner atención a su dimensión psico-emocional y cuidarla. ¡Sobretodo teniendo en cuenta que él mismo es su principal herramienta y material de trabajo!
Me gustaría hablaros de un mito culturalmente muy extendido: el del poeta maldito o artista torturado. Lo nuclear en este arquetipo, más que ningún otro atributo, es el sufrimiento: es alguien que sufre y hace sufrir mucho también. En relación a él, aparece la creencia asociada de que, de alguna manera, es el sufrimiento el que genera la creatividad, como si ambos tuvieran que ir inevitablemente cogidos de la mano.
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